La osteoporosis, la disfunción eréctil, la esterilidad y otras muchas afecciones similares a veces tienen un único origen: una alteración de las hormonas sexuales que afectan directamente al funcionamiento y apariencia de los órganos sexuales. Es el caso del hipogonadismo. Te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este trastorno.

El estrés, ropa ajustada, la radiación de los aparatos electrónicos y un sinfín de motivos de este tipo son los que muchas veces se atribuyen a la esterilidad, la falta de apetito sexual y la disfunción sexual. Todos son válidos, pero a veces tenemos que ir a lo simple.

La naturaleza es extremadamente compleja y el cuerpo humano es un claro ejemplo, hay multitud de causas médicas por las que una persona puede tener problemas sexuales, y el hipogonadismo es una de ellas.

En Novamás te explicamos en qué consiste esta afección en la que el cuerpo no produce las hormonas sexuales necesarias para que el aparato reproductor funcione con normalidad.

¿Qué es el hipogonadismo?

El hipogonadismo es una afección que pueden padecer tanto hombres como mujeres y sucede cuando las glándulas sexuales del cuerpo -los testículos o los ovarios- producen pocas o ninguna hormona sexual. Estas son las encargadas de controlar las características sexuales secundarias como el desarrollo de los pechos, de los testículos o del vello púbico y su ausencia provoca falta de apetito sexual, disminución de la energía y depresión, entre otros síntomas.

No obstante, los efectos de este trastorno varían según el momento en el que se manifiesta.

Síntomas más comunes del hipogonadismo

Los síntomas del hipogonadismo difieren en cada paciente, sobre todo según el momento en que se manifiesta esta afección.

En el caso de que el trastorno se produzca durante el desarrollo fetal, es probable que el paciente presente una atrofia de los órganos reproductores, dicho de otro modo, un varón puede nacer con genitales femeninos, ambiguos o genitales masculinos subdesarrollados.

En la pubertad, una persona que padezca hipogonadismo puede presentar un retraso o un desarrollo incompleto de las características sexuales, como pueden ser alteraciones en el crecimiento del vello corporal, una voz aguda o retraso del crecimiento de las glándulas sexuales.

En la etapa adulta, una persona que sufra hipogonadismo suele identificarlo porque el funcionamiento reproductivo es anormal; es decir, padece disfunción eréctil u ovárica, osteoporosis, ginecomastia -aumento del tejido de las glándulas mamarias en el caso de los varones-, esterilidad, etcétera. Es muy habitual que aparezca durante la menopausia y que la falta de estrógenos provoque sofocos, cambios de humor y menstruación irregular.

Causas que originan el hipogonadismo

Igual que la sintomatología, que puede ser variada y depende del momento vital en que se desarrolle, el hipogonadismo puede aparecer según varias causas, pero la comunidad médica fundamentalmente diferencia dos:

Alteración congénita: Se trata del hipogonadismo primario, es decir, en el que interfieren trastornos autoinmunitarios genéticos y del desarrollo -como el síndrome de Klinefelter en los hombres o el síndrome de Turner en las mujeres-, además de infecciones prenatales, algún tipo de traumatismo, cirugía o radiación.

Alteración adquirida: Se desarrolla esta afección cuando la parte del cerebro que debe indicar que los testículos y los ovarios produzcan testosterona y progesterona -el hipotálamo e hipófisis- no funcionan correctamente.

Tratamientos para el hipogonadismo

El tratamiento más común del hipogonadismo es la medicación a base de hormonas. Habitualmente se trata de inyectables intramusculares, parches cutáneos o comprimidos que se ingieren para ajustar el equilibrio hormonal de forma ajena al control interno del cuerpo.

Muchas de las causas que originan hipogonadismo se pueden tratar y tienen buen pronóstico; no obstante, en el caso de que se trate de un problema derivado por el mal funcionamiento del hipotálamo, se requiere cirugía y radioterapia.

Fuente: Antena3