El órgano sexual masculino puede fracturarse y casi siempre ocurre mientras mantenemos relaciones sexuales. Algunos especialistas analizan sus causas y consecuencias.
«El pene se compone de tres estructuras tubulares», explican los especialistas. «Por un lado el cuerpo esponjoso que acaba formando el glande y a través del cual discurre la uretra. Y a cada lado de este, dos cuerpos cavernosos que son fundamentalmente los encargados de la erección. Estos cuerpos cavernosos están formados por un tejido que podría parecerse a una esponja por donde circula la sangre y recubiertos por la albugínea (una capa elástica y resistente). Y los tres, tanto los cavernosos como el esponjoso, están recubiertos a su vez por otra capa de tejido elástico y resistente que se llama la fascia de Buck. Cuando se produce una erección, tanto los cuerpos cavernosos como el esponjoso se llenan de sangre. Si por el motivo que sea se produce un traumatismo, la albugínea y a veces también la fascia de Buck se rompen, permitiendo la salida de la sangre que estaba retenida en el cuerpo cavernoso. Por lo tanto, se pierde la erección y se forma un hematoma importante».
Según los expertos, los penes se rompen, en un 76%, manteniendo relaciones sexuales. De ese 76, según el estudio publicado por R. Barros en el International Journal of Impotence Research, «el 25 por ciento con el hombre encima, el 41 por ciento con la posición del perrito y el 10 por ciento con las mujeres encima». El otro 24% restante se producen con el órgano en estado de erección, pero sin estar manteniendo relaciones, ya sea por accidentes como el del hombre al que se le cayeron las baldosas encima o por ocurrencias como esta que recuerda uno de los urólogos: “Recuerdo algún caso cuando trabajaba en las urgencias de un hospital de Madrid que vino un hombre que había colocado un anillo en el pene y no podía quitárselo. Las fracturas de esa zona que he visto han sido generalmente por traumatismos, y créeme, son bastante espectaculares”.
¿Cómo es el momento de la fractura?
«Se escucha un chasquido», «se siente dolor y se forma un hematoma importante. Al cabo de un rato se empieza a inflamar a expensas del hematoma que se está formando y llega a producirse lo que está descrito clínicamente como ‘pene en berenjena’, por la deformación que se produce en el miembro a raíz del hematoma».
Es altamente recomendable ir a urgencias dentro de las 48 horas siguientes al traumatismo. «La cirugía consiste fundamentalmente en evacuar el hematoma y suturar la albugínea rota», explican. «En el postoperatorio es fundamental el reposo sexual durante unas semanas». Para este reposo sexual algunos médicos recetan un medicamento para bloquear la testosterona y así evitar las erecciones durante la recuperación, aunque no es una práctica estandarizada.
«Me ocurre siempre cuando ella se pone encima pero mirando para el otro lado, pero esta vez algo ha crujido. […] Nunca había crujido como ayer», se quejó en un mensaje un lector de Forocoches en un hilo en el que se habla de la fractura de pene.
Esta es la parte física, ¿pero qué hay de la psicológica?
Para los especialistas, la fractura deja en los hombres una sensación de “miedo a volver a tener una relación sexual, mucho más si es una que desencadenó este incidente”. Además, está el silencio y la vergüenza: “Este tipo de fractura es algo de lo que no se suele hablar y da lugar a situación de mucha incertidumbre y desconocimiento cuando una persona la experimenta. Los hombres que tienen cualquier alteración genital suelen experimentar cierto pudor con esta zona de su cuerpo. No solo cuando se da traumatismo, también cuando hay que extirpar un testículo o con las cicatrices en operaciones de fimosis”.
“Por otro lado”, prosiguen, “tras una fractura puede haber secuelas a nivel estético que hacen que el paciente no se sienta cómodo con el nuevo aspecto que tiene su miembro, o que le genere rechazo y desemboque un deterioro de su autoestima, dificultad en las relaciones sexuales o miedo a ellas”. Sin embargo, los médicos dan un mensaje más tranquilizador a este respecto: «Habitualmente la recuperación es buena tanto a nivel funcional como a nivel estético y no deja secuelas, aunque a veces, por la cicatrización de la zona suturada, se puede producir cierta incurvación del pene con la erección, aunque suele ser mínima y no afecta a la calidad de la erección ni relación del paciente».
Final feliz, sí, para una fractura que casi no le sucede a nadie. Pero cuidado con confiarse mientras se mantienen relaciones sexuales. Los 630 españoles que, según arroja la media, se presentaron en urgencias con el pene roto solo el año pasado, seguramente pensaron eso mismo: «Esto no me puede pasar a mí».